Tuesday, February 21, 2006

Insomnio

Hipnotizado por el sonido que emite el segundero de mi reloj, me encuentro aquí sentado en la orilla de mi cama, después de no se cuantas vueltas no he podido dormir y aún no puedo, lo cierto es que este insomnio me ha estado acompañando hace un mes y no me quiere dejar en paz, el viento no deja de azotar los pinos que están cruzando la calle, parecen estar hablando entre ellos, he estado tratando de definir las formas que la oscuridad dibuja en el techo, el aire que se desliza y cuela por la ventana de mi habitación, me acaricia la espalda y los hombros con sus manos ásperas y frías, y agita las cortinas, logrando que las sombras de mi cuarto se muevan como fantasmas y criaturas de la noche que se burlan de mi y se refugian en la oscuridad de nuevo.
Miro el reloj, no puedo creer la hora que es, mis noches se han vuelto demasiado largas, así que totalmente frustrado he decidido levantarme, y vagar como un espectro en el silencio que la madrugada trae y que invade el interior de mi casa.




La verdad es que para mi no hay nada igual que mirar las estrellas en una noche tan despejada y casi perfecta como esta, así que la entrada de mi casa es un buen lugar para hacerlo, aunque ya en la madrugada parece mas bien locura, pero que mas da.
Mis ojos se reflejan en el fondo del vaso, cuando decido acabar con el último sorbo de vino que había en el y que acompañan las ultimas bocanadas del cigarrillo que encendí al sentarme a mirar mi constelación favorita, y helo allí, el cazador, Orión, siempre apuntando su flecha certera, no es la mas brillante estrella pero para mi la mas significativa, me resulta meramente fascinante la idea de que puedan existir cuerpos celestes tan magistralmente enormes.





Tengo que admitir que el mirar el cielo en la noche entre otras cosas me ha hecho pensar en los cambios que se me presentan en esta etapa de mi vida, pienso en mi familia, en mis amigos, en mi carrera, en mi trabajo, en ella…
Mi mente un poco volátil y con unos cuantos tornillos fuera de su lugar, me hace imaginar o más bien preguntarme si habrá alguien allá afuera, mirando el cielo al igual que yo en este momento, o mejor aún si habrá alguien o algo, observando nuestro sol, o nuestro planeta desde la entrada de su casa, con un trago de vino y un cigarrillo apunto de terminarse…

Es un hecho que no estamos solos en este universo, y quizás ya hayan algunos de ellos entre nosotros, porque debo confesar que he conocido muchas personas que me hacen pensar si serán de este mundo, así como también conocido personas que me hacen pensar si yo seré de este mundo, aunque puede que no sea así, puede ser que simplemente nací en una época equivocada, así como suelo pensar que quizás reencarné de un ave migratoria, como un ganso o un cisne o algo por el estilo, y que ahora extraña el emigrar al sur en el invierno con sus amigos… no lo se, la verdad mi mente ya esta divagando, la falta de sueño y el vino han cobrado sus tarifas de merecida demencia.





En fin, no se ni cuanto tiempo he estado sentado aquí, pero estoy seguro que el alba de un nuevo día se acerca; y de regreso en mi habitación, recostado en mi cama, la incomodidad me envuelve de nuevo, me vuelvo a levantar, salgo de mi casa, y empiezo a correr, lo mas rápido que puedo, en medio de la noche, sin rumbo fijo, un grito de furia abandona mi garganta, y el viento me levanta, me elevo cada vez mas hasta que el horizonte y mis ganas de surcar los cielos por encima de las nubes me indican el rumbo que quiero tomar… creo que finalmente me dormí.



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