
Cántame, oh mi ángel divino
La melodía que emana de tu dulce voz
La que destella e ilumina las penumbras de mi alma
La que me debilita y me fortalece
Y a la que obedecen la luna y las estrellas
Refugiame en el calor de tus alas
Y embriágame con la dulzura de tu piel
Enloqueceme con tu mirada
Extravíame en tu pasión
Abrígame en tu pecho
Y escarba bien profundo
el lugar que te pertenece en mi corazón